Ir directamente al contenido

¡Envío gratis a partir de 49€! 🇪🇸

¿Cansado, irritable, con hinchazón? Este puede ser el motivo 


Introducción

Los suplementos pueden complementar una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable. Sin embargo, no deben sustituirlos. A continuación, los expertos detallan 10 grupos de suplementos con respaldo científico que pueden aportar valor real a la salud.

1. Vitamina D3 + K2 – la base de la inmunidad

La vitamina D3 fortalece el sistema inmunitario, huesos y regulación hormonal, mientras que la K2 asegura que el calcio se dirija a los huesos evitando su acumulación en arterias. En zonas con poca luz solar, la deficiencia de D3 es frecuente. Mantener niveles entre 50–70 ng/ml es ideal.

2. Magnesio – para el estrés y un buen sueño

Esencial para la función muscular, cardíaca y nerviosa. El déficit es común en personas con estrés o consumo elevado de café. Citrato y glicinato son formas más absorbibles, recomendadas especialmente antes de dormir.

3. Omega-3 (EPA y DHA) – para cerebro, ojos e intestinos

Estos ácidos grasos actúan como potentes antiinflamatorios y favorecen la función cerebral y visual. Su déficit puede provocar fatiga mental, falta de concentración y procesos inflamatorios. Fuentes óptimas: pescado salvaje y suplementos de algas.

4. Probióticos y prebióticos – reconstruyendo la microbiota

Antibióticos y alimentos ultraprocesados deterioran la flora intestinal. Los probióticos y prebióticos ayudan a restaurarla, favoreciendo digestión, inmunidad y bienestar general.

5. Vitaminas del grupo B – energía y metabolismo

Las vitaminas B1, B2, B6, B9 y B12 son esenciales para el sistema nervioso, metabolismo energético y salud cutánea. La B12 metilada presenta mejor absorción. Su déficit se asocia con cansancio y alteraciones digestivas.

6. Zinc y selenio – escudo para inmunidad y tiroides

Ambos minerales son vitales para la función inmune, fertilidad y tiroidea. Es importante medir niveles antes de suplementar, ya que tanto déficit como exceso pueden ser perjudiciales.

7. Adaptógenos (ashwagandha, rhodiola) – estrés y recuperación

Plantas como la ashwagandha y la rhodiola ayudan a manejar el estrés: la primera induce relajación y la segunda aumenta resistencia a la fatiga. Su eficacia depende de la calidad del producto y hábitos de vida.

8. Microbioma intestinal – el centro de la salud

La salud intestinal influye en la inmunidad, metabolismo y función cerebral. Apóyala con fibra, probióticos y prebióticos para mantener un microbioma equilibrado desde la infancia.

9. Suplementar requiere análisis

No todos necesitamos los mismos suplementos. Antes de iniciar cualquier suplementación, conviene medir niveles de D3, B12, magnesio, zinc y selenio. Su uso sin control puede ser contraproducente.

10. Los suplementos son un apoyo, no un milagro

Ningún suplemento reemplaza una dieta equilibrada, descanso reparador y ejercicio regular. Son una pieza complementaria dentro de un estilo de vida saludable.

Resumen

La suplementación consciente y personalizada puede mejorar la salud, siempre acompañada de buenos hábitos. Comienza por lo esencial, analiza tus necesidades y recuerda: los suplementos son apoyo, no sustituto de un estilo de vida saludable.

Regresar al blog